A un hombre de avanzada edad le está entrevistando un periodista en la calle. El hombre entrevistado, se expresa del siguiente modo.
Soy hijo de exiliados. Hasta los 27 años y poco antes de la transición no pude volver a España por culpa de Franco. A mi padre no sabíamos donde enterrarlo, mi madre pasó muchos años en silla de ruedas. Tengo 70 años y me han sacado el 30% de un pulmón. Mi mujer es emigrante. Tengo tres hijos, de los tres, solo trabaja la del medio pero no cobra nada. Todos los nietos viven de mi asignación. La mayor se acaba de divorciar. Mi yerno, bueno, mi ex-yerno se ha quedado con los dos hijos.
El pequeño de mis hijos con 43 años, aún no se ha ido de casa y además se ha casado con una divorciada que también vive con nosotros. Esta señora antes tenía un buen puesto, pero desde que vive con nosotros ya no hace nada. Tienen dos niños que también viven bajo nuestro techo. Este año con lo de la crisis casi no hemos podido ir de vacaciones, y si me apuras, no he podido celebrar la victoria de España en el mundial…
Al periodista se le ponen los ojos muy redondos y le comenta:
-Hombre majestad, no creo que sea una situación tan mala la suya.